Rodéate de personas
que te den ganas de vivir la vida,
que te lleguen al corazón
y te nutran el alma.
Rodéate de gente positiva,
que te levante el ánimo, que te comparta su alegría,
que te invite y ayude a ser mejor cada día.
Rodéate de gente que con su ejemplo
te haga sentir que has aprendido algo nuevo,
gente que daría un poco de su tiempo con gusto
si tú necesitas su presencia.
Rodéate de personas
que llenas de ánimo, de espíritu alegre
y lleno de Dios, de entusiasmo y fuerza interior...
Ellos serán para ti un gran impulso y
podrás ser como ellos algún día.
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